Sobre nosotros
Situado al norte de la provincia, en las estribaciones de la Sierra de las Estancias, el pueblo de Taberno se ubica sobre el monte El Madroño, con un urbanismo concentrado alrededor de la Iglesia, dentro de un entramado de estrechas y empinadas calles con pequeñas casas señoriales con balcones de hierro, fachadas blancas y patios multicolores.
Villa situada al norte de la provincia de Almería, en las estribaciones de la Sierra de la Estancias, entre Murcia y los Vélez. Su población se reparte entre Taberno y sus anejos como Los Llanos, Santopetar, Los Pardos, Rambla de Taberno, El Aceituno, Los Camachos, Los Mundos y Cercanías.
La independencia de Vélez Rubio fue a partir de 1839. Antes hubo otro intento de segregación, con la Constitución de 1812, en la que se ponía como condición para la autonomía municipal el que tuviera más de mil habitantes, suficiente territorio y distancia de los pueblos cercanos. Taberno cumplía dichas condiciones que marcaba la ley e inició su andadura. Con la derogación de la Constitución de 1812 volvería a depender de Vélez Rubio hasta la Constitución de 1837 en que se normalizó definitivamente su situación hasta nuestros días.
A principios de siglo llegaría a tener unos 2.500 habitantes. Los escasos recursos económicos provocados por las crisis de nuestro siglo hizo que la emigración se encargara de reducir su población actual a menos de la mitad. Hoy día se están creando condiciones favorables para la estabilidad de la población y se presenta un futuro esperanzador. En la agricultura se están produciendo una serie de mejoras, especialmente en la perforación de nuevos acuíferos, que proporcionarán un mejor desarrollo. En la ganadería, con el centro de refrigeración de la leche de cabra «La Pastora», ha posibilitado su venta y comercialización.
Una tradición digna de mención es la del «Baile de las Ánimas». Las cuadrillas se forman el 13 de diciembre para preparar los ensayos. Después se va cantando y bailando por el pueblo, la especialidad son los bailes por encargo, incluso se admite el regateo. El dinero obtenido se destina a mantener la luz de ánimas. Las cuadrillas se disuelven después de la Navidad hasta el año siguiente. Esta tradición viene de principios del siglo XII, encontrándose reseñas en el Catastro de Ensenada de mediados del siglo XVIII.
